jueves, 29 de noviembre de 2007

Igor Samsonov - Madame Butterfly




Si te...sueño, brisa

Si te busco en la noche
y te encuentro
(dormida)
arrimaré mi mejilla
verás la cara oculta
(luna).


Si te busco en la aurora
y te veo
(en la cocina)
encenderé el microondas
verás el hoyo
(de mi vida).


Si te busco en la mañana
y te huelo
(brisa)
sabré que fue un sueño
(dormida)
(luna)
(en la cocina)
(de mi vida).

En la cocina
de mi vida, dormida
luna.

Luna, en la cocina
dormida

de mi vida.

Luna de mi vida,
en la cocina
dormida.

Si te... sueño

brisa.

Vida de Pi - Yann Martel

CAPÍTULO 37

El buque se hundió. Hizo una especie de eructo gigantesco y metálico. Algunos objetos flotaron hasta la superficie y volvieron a desvanecerse. Todo aullaba: el mar, el viento, mi corazón. Desde el bote salvavidas vi algo en el agua.
Chillé:
- Richard Parker, ¿eres tú? No veo nada. ¡Por favor, que pare de llover de una vez! ¿Richard Parker? ¿Richard Parker? ¡Sí, eres tú!
Solamente le veía la cabeza. Estaba luchando para mantenerse a flote.
- ¡Jesús, María, Mahoma y Vishnu! ¡Cuánto me alegro de verte, Richard Parker! No te rindas ahora, por favor. Ven al bote salvavidas. ¿Oyes este pito? ¡Priiiiiiiii! ¡Priiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiiiiii! Sí, lo has oído. ¡Sigue nadando! ¡Sigue nadando!Sé que sabes nadar bien. Venga, que sólo te quedan treinta metros.
Me había visto. Estaba aterrorizado. Empezó a nadar hacia mí. El agua bullía a su alrededor. Parecía pequeño e indefenso.
- Richard Parker, ¿cómo nos puede estar pasando esto? Dime que es una pesadilla. Dime que no es verdad. Dime que estoy dormido en mi litera en el Tsimtsum, que estoy dando vueltas y que ahora me despertaré. Dime que sigo siendo feliz. Mamá, mi dulce y sabia ángel de la guarda, ¿dónde estás? ¿Y tú, papá, mi querido don angustias? ¿Y tú, Ravi, héroe deslumbrante de mi infancia? ¡Vishnu me ampare, Alá me proteja, Jesús me salve! ¡No puedo más! ¡Priiiiiiiiiiii!¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiiiii!
No tenía ni un rasguño en todo el cuerpo, pero jamás había experimentado un dolor tan intenso. Tenía los nervios desgarrados y el corazón malherido.
No iba a llegar. Iba a ahogarse. Apenas avanzaba y sus brazadas eran débiles. La nariz y la boca se le estaban hundiendo, pero no me quitaba los ojos de encima.
- ¿Qué haces Richard Parker? ¿No amas la vida? ¡Pues sigue nadando! ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii! ¡Patalea fuerte! ¡Más fuerte!
Se movió en el agua e hizo ademán de nadar.
¿Y qué ha sido del resto de mi familia, las aves, las bestias y los reptiles? Han muerto ahogados también. Me han arrebatado todo lo que quería en esta vida. ¿Y no me merezco una explicación? ¿Tengo que sufrir este infierno sin una justificación del cielo? En ese caso, ¿de qué nos sirve la razón, Richard Parker? ¿Sólo para que destaquemos por nuestras habilidades prácticas: obetener comida, vestimenta y cobijo? ¿Por qué la razón no nos proporciona respuestas más satisfactorias? ¿Por qué somos capaces de echar una pregunta más lejos de lo que somos capaces de recoger una respuesta? ¿Por qué es tan enorme la red si hay tan pocos peces por pescar?
Apenas podía mantener la cabeza en la superfície del agua. Estaba mirando hacia arriba, contemplando el cielo por última vez. En el bote había un aro salvavidas atado con una cuerda. Lo cogí y lo levanté encima de la cabeza.
- ¿Ves este salvavidas, Richard Parker? ¿Lo ves? ¡Agárralo! ¡Umpf! Voy a probar otra vez. ¡Umpf!
Estaba demasiado lejos. Pero el hecho de ver un salvavidas volando hacia él le dió nuevas esperanzas. Se reanimó y empezó a batir el agua con brazadas enérgicas y desesperadas.
- ¡Así, así! Un, dos. Un, dos. Un, dos. Respira cuanto puedas. Vigila las olas. ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii!
Tenía el corazón helado. Estaba enfermo de aflición. Pero no había tiempo para pensar en mi estado de shock congelado. Era un shock frenético. Conservaba algo en mí que no quería renunciar a la vida, que no estaba dispuesto a rendirse, que quería luchar hasta el final. De dónde sacó fuerzas ese algo, no lo sé.
- ¿No te parece irónico Richard Parker? Estamos en el infierno y, sin embargo, tememos la inmortalidad. ¡Mira qué poco falta! ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii! ¡Priiiiiiiiii! ¡Por fín! ¡Por fín! Has llegado, Richard Parker, ya has llegado. Agárrate al salvavidas. ¡Umpf!
Le tiré el salvavidas con todas mis fuerzas. Cayó justo delante de él en el agua. Con las pocas energías que le quedaban se lanzó hacia él y lo agarró.
- Aguanta. Voy a tirar de la cuerda para acercarte, ¿vale? No te sueltes. Tú tira con los ojos y yo tiraré con las manos. En pocos segundos estarás a salvo y estaremos juntos. Un momento. ¿Juntos? ¿Que estaremos juntos? ¿Me habré vuelto loco?
De repente me di cuenta de lo que estaba haciendo. Tiré de la cuerda con fuerza.
- ¡Suelta el salvavidas, Richard Parker! ¡Maldito sea! ¡He dicho que sueltes! No te quiero aquí conmigo, ¿entiendes? Vete a otro sitio. Quiero estar solo. Vete. ¡Ahógate! ¡Ahógate!
Estaba pateando con furia. Cogí un remo. Intenté darle un empujón para que se alejara de mí. No lo alcancé y el remo se cayó al agua.
Cogí otro remo. Lo inserté en el tolete y remé como pude para alejar el bote salvavidas de Richard Parker. Lo único que conseguí fue girarlo un poco y acercar uno de los extremos al aro salvavidas.
¡Claro! ¡Tenía que darle un golpe en la cabeza! Levanté el remo.
Se me adelantó. Alcanzó el bote y subió a bordo.
-¡Dios mío!
Ravi tenía razón. Iba a ser la próxima cabra. En mi bote salvavidas acababa de meterse nada menos que un tigre de Bengala de tres años de edad, completamente empapado, tembloroso, medio ahogado y con un acceso de tos compulsiva. Richard Parker se puso encima de la lona, las patas trémulas. Me miró con ojos centelleantes, las orejas aplastadas contra la cabeza, con todas sus armas a punto. La cabeza era del mismo tamaño y color que el salvavidas, excepto que tenía dientes.
Me giré, salté por encima de la cebra y me tiré al agua.

martes, 27 de noviembre de 2007

Dove Sono - Le Nocce di Figaro

CONTESSA

E Susanna non vien! Sono ansiosa
di saper come il Conte
accolse la proposta. Alquanto ardito
il progetto mi par, e ad uno sposo
sì vivace, e geloso!
Ma che mal c'è? Cangiando i miei vestiti
con quelli di Susanna, e i suoi co' miei...
al favor della notte...
oh cielo, a quale
umil stato fatale io son ridotta
da un consorte crudel, che dopo avermi
con un misto inaudito
d'infedeltà, di gelosia, di sdegni,
prima amata, indi offesa, e alfin tradita,
fammi or cercar
da una mia serva aita!
Dove sono i bei momenti
di dolcezza e di piacer,
dove andaro i giuramenti
di quel labbro menzogner?
Perché mai se in pianti e in pene
per me tutto si cangiò,
la memoria di quel bene
dal mio sen non trapassò?
Ah! Se almen la mia costanza
nel languire amando ognor,
mi portasse una speranza
di cangiar l'ingrato cor.


Dame Te Kanawa

domingo, 25 de noviembre de 2007

Fiedrich W. Murnau

Sucede a veces que la obra sobrepasa al autor.

Murnau por quien me han preguntado esta misma mañana es un claro ejemplo. ¿Murnau? ¿Quién es Murnau? La réplica estaba servida. Mujer, ¿no te suena NOSFERATU?. Claro!!! Pues fue su director. Bien, lejos de presumir de ignorancia, aprovecho la fuente máxima de nuestro tiempo -internet- y me pongo a indagar. Veo su cara -la de arriba-, leo su biografía y me adentro en su filmografía:

Der Knabe in Blau (1919)
Der Januskopf (1920)
Abend - Nacht - Morgen (1920)
Satanas (1920)
Sehnsucht (Desire) (1920)
Der Gang in die Nacht (1920)
Der Bucklige und die Tänzerin (1920)
Schloe Vogeloed (1921)
Marizza (1922)
Nosferatu, una sinfonía del terror. (1922)
Phantom (1922)
Der Brennende Acker (1922)
Die Austreibung (1923)
El último - Der Letzte Mann (1924)
Die Finanzen des Großherzogs (1924)
Tartufo - Herr Tartüff (1926)
Fausto
Amanecer - Sunrise, (1927)
Four Devils (1928)
City Girl (1930)
Tabú (1931)

Un hombre completo, si señor.
Ya puestos me intereso por la obra que más conozco Nosferatu, y es entonces cuando averiguo las andanzas de tan insigne película.
Todos sabemos que Nosferatu se basó en la novela de Bram Stocker "Drácula" (lo que disfruté de leerla...) y aunque quien se haya encarado con las dos , novela y película, puede ver las infinitas diferencias, lo cierto es que Murnau no pagó por los derechos de autor. La viuda de Stoker le denunció. Murnau, que poco pudo argumentar, perdió el pleito y se vió condenado a destruir todas las copias que existían . Quiso "el destino" que unas cuantas se salvaran y fue Werner Herzog quien en 1979 la remasterizó para gozo de cinéfilos.

Sigo averiguando.
La palabra "Nosferatu" parecida a la griega "nosophoros" se podría traducir como "portador de plagas". Murnau presenta en su película a un Nosferatu similar a una rata que sabía donde conducir su plaga, en una Alemania desmoralizada y derrotada tras la I Guerra Mundial.

Al fin llego a una página donde encuentro una definición de Murnau que me cautiva:

Murnau, el poeta del silencio.

--->


http://es.wikipedia.org/wiki/F.W._Murnau

Cormac McCarthy - LA CARRETERA

Desde la orilla opuesta de un río lo llamaban a voces. Dioses zarrapastrosos encorvados en sus harapos al otro lado de la tierra baldía. Caminando por el lecho seco de un mar mineral agrietado y roto como un plato caído. Senderos de fuego feral en las coaguladas arenas. Las siluetas imprecisas en la lejanía. Despertó y se quedó tumbado en la oscuridad.


Los relojes se pararon a la 1.17. Un largo tijeretazo de claridad y luego una serie de pequeñas sacudidas. Se levantó y fue a la ventana. ¿Qué pasa?, dijo ella. Él no respondió. Entró en el cuarto de baño y pulsó el interruptor de la luz pero ya no había corriente. Un fulgor rosado en la luna de la ventana. Hincó la rodilla y levantó la palanca para tapar la bañera y luego abrió los dos grifos a tope. Ella estaba en el umbral en camisón, agarrada a la jamba, sosteniéndose la barriga con una mano.¿Qué es?, dijo. ¿Qué pasa?
No lo sé.
¿Por qué te bañas?
Yo no me baño.

En aquellos primeros años había despertado una vez en mitad de un bosque pelado y se había quedado escuchando las bandadas de aves migratorias que pasaban en aquella penetrante oscuridad. Sus chirridos en sordina a varios kilómetros de altura, volando en círculos alrededor de la tierra con la insensatez de un tropel de insectos sobre el borde de un tazón. Les deseó una rápida travesía hasta que se perdieron de vista. No volvió a oirlas nunca más.


Tenía una baraja de cartas que encontró en el cajón de una cómoda en una casa y las cartas estaban gastadas y ahusadas y no había dos de tréboles pero aun así jugaban a veces a la luz de la lumbre envueltos en sus mantas. Intentaba recordar las reglas de juegos infantiles. Old Maid. Alguna versión del Whist. Estaba seguro de que no lo hacían bien y se inventó nuevos juegos y les puso nombres inventados. Cañuela Atípica o Vomitona Gatuna. A veces el niño le hacía preguntas acerca del mundo que para él no era ni siquiera un recuerdo. Se esforzaba mucho para responder. No existe pasado. ¿A ti qué te gustaría? Pero dejó de inventarse cosas porque esas cosas tampoco eran verdad y decirlas le hacía sentir mal. El niño tenía sus propias fantasías. Cómo serían las cosas una vez en el sur. Otros niños. Él procuraba no dar rienda suelta a todo esto pero su corazón lo traicionaba. ¿De quién serían hijos esos niños?


Sin listas de cosas que hacer. El día providencia de sí mismo. La hora. No hay después. El después es esto. Todas las cosas bellas y armónicas que uno conserva en su corazón tienen una procedencia común en el dolor. El hecho de nacer en la aflición y la ceniza. Bueno, susurró para el chico que dormía. Yo te tengo a tí. (págs. 44-45)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Philip Glass - Glassworks

Hace unos días un amigo me dijo haber descubiero a un compositor: Philip Glass. Oir el nombre y saltar veinte años fue simultáneo. Quise rescatar su "viejo" sonido y recobrar las emociones que me produjeron en su momento y, efectivamente, así fue. Tal y como se dice de las mejores comidas recobré el sabor del plato mejor hecho. Me cautivó entonces y... ahora.

La pianista del video consigue extremecerme con su interpretación.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Un Pequeño Inconveniente - Mark Haddon

La familia Hall,
George:
Todo empezó cuando George se estaba probando un traje negro en Allders la semana anterior al funeral de Bob.
No era la perspectiva del funeral la que lo había inquietado. Ni que Bob se muriera. Para ser francos, siempre se le había hecho un poco pesada la camadería de Bob en los vestuarios y lo dejó secretamente aliviado que no fuera a jugar más al squash. Además, la forma en que se había muerto Bob (un ataque al corazón mientras veía una regata de remo en la televisión) fue extrañamente tranquilizadora. Susan había vuelto de casa de su hermana y se lo había encontrado tumbado boca arriba en el centro de la habitación con una mano sobre los ojos; se le veía tan relajado que al principio pensó que estaba echándose una siesta.
Jean:
Jean lavó las tazas de rayas y las dejó en el escurridor.
Unos minutos después reapareció George con su ropa de trabajo y se dirigió al jardín a poner ladrillos bajo la llovizna.
Jean estaba en el fondo orgullosa de él. El marido de Pauline había empezado a ir cuesta abajo en cuanto le habían dado el reloj grabado. Ocho semanas después estaba en medio del jardín a las tres de la mañana con una botella de whisky escocés entre pecho y espalda, ladrando como un perro.
Cuando George le enseñó los planos del estudio le recordaron a los planos de Jamie de aquella máquina para atrapar a Papá Noel. Pero ahí estaba, al fondo del jardín, con los cimientos en su sitio, cinco hileras de ladrillos, y marcos de ventana amontonados bajo una capa de pástico azul.
Katie:
La idea les horrorizó. Como era de esperar. Katie se dió cuenta.
Bueno pues que se conformaran. Tiempo atrás habría perdido los estribos. De hecho, una parte de ella añoraba ser la persona que perdía los estribos. Como si sus estándares estuviesen bajando. Pero llegabas a una etapa en que advertías que era una pérdida de energía tratar de hacer que tus padres cambiaran de opinión sobre lo que fuera.
Ray no era ningún intelectual. No era el hombre más guapo que había conocido nunca. Pero el hombre más guapo que había conocido la había dejado bien jodida. Y cuando Ray la rodeaba con sus brazos se sentía más segura de lo que se había sentido en mucho tiempo.
Jamie:
Jamie dejó caer la chaqueta sobre el respaldo de la silla, se aflojó la corbata y, como nadie miraba, recorrió con una pequeña pirueta el suelo de la cocina hasta acabar delante de la nevera.
[...] Había sido un buen día. El contrato de compraventa se había suscrito. Y los Owen iban a morder el anzuelo. Se les veía en los ojos. Bueno, se le veía a ella en los ojos. Y era claramente ella quien llevaba los pantalones. Además, Carl seguía de baja por culpa de su tobillo roto, de manera que Jamie había estado tratando con los Cohen y estaba bien claro que no iba a cagarla. Al contrario que Carl.
[...] La vida era prácticamente perfecta. Tenía este piso. Tenía el jardín. Con una dama anciana de precaria salud a la izquierda. Unos cristianos a la derecha (uno podía decir lo que quisiera de los cristianos, pero no cantaban al estilo tirolés cuando follaban como los alemanes que habían vivido ahí antes). Gimnasio martes y jueves. Tony tres noches por semana.

viernes, 16 de noviembre de 2007

La Última Foto

Presentí que sería el último baño, me equivoqué: fue el penúltimo.
Quise capturar el verano, ese por el que suspiro el resto del año, para poder refugiarme en él cuando los días de frío y las noches eternas ahogan.
La ubicación de los elementos en la foto no es casual: una (sola) toalla, gafas de sol, el gorrito que me regaló J. (si no fuera por eso nunca habría llegado a mis manos y mucho menos a mi cabeza), mis chanclas (heredadas de F. cuando se le quedaron pequeñas), mi bata playera (comprada a despecho tras un platónico plantón veraniego) y por último y más importante: mi lectura (en este caso El Corazón de las Tinieblas). Libro saboreado al son de olas y chapoteos. Todo ello sobre roca, roca dura y limpia, siempre sincera.
Hoy necesito guarecerme en ella.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La palabra se hizo pixel

Quise hacer fotos de tus palabras. Tomé instantáneas desde diversos angulos. Las pinté. En pixeles multicromáticos las dividí. Luego las recompuse, a mi antojo. Formando bellas imagenes que encajaban en mis ideas. Presumo de foto perfecta -he dejado tanto en ella-.Que equivocada estoy. Enseño mis fotografías, las expongo. Nadie las reconoce. Ni siquiera tú firmarías el texto.

La Humildad de la Tragedia

Montalbano no supo ni el cómo ni el porqué, pero de pronto se levantó y corrió a la cocina. X no estaba. Se asomó al balcón abierto. Una bombilla encendida iluminaba la explanada delante del garaje, pero su pálida luz bastó para permitirle ver una especie de saco negro, inmóvil en el suelo. X se había arrojado al vacío sin decir una palabra, sin emitir un grito. Y el comisario comprendió que la tragedia, cuando se interpreta en presencia de terceros, adopta poses y habla en voz alta, pero cuando es profundamente auténtica, habla en voz baja y sus gestos son humildes. Claro, la humildad de la tragedia.
La Luna de Papel, Andrea Camilleri

lunes, 5 de noviembre de 2007

Jaime Sabines

Espero curarme de ti
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral de turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar en un panteón.
Horal
El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...

domingo, 4 de noviembre de 2007

La Carretera - Mediterráneo y Tramuntana

Conducir, puede ser una forma de evasión.

Hace unos años no llegaba fin de semana, o día festivo, en el que no me gustara perderme sola con el coche. La isla es pequeña y lo de perderse es más bien metafórico. La fortuna quiere que una de las carreteras más preciosas de la isla esté a pocos minutos de mi casa, además de sinuosa y solitaria (la mayor parte del año), el paisaje es verdaderamente conmovedor. Establecí un punto dónde dar media vuelta, tal era el gusto que prefería volver por donde había ido. Se trataba de una explanada en la que maniobrar no suponía ningún inconveniente. Hay allí un mirador "Mirador de ses Ànimes" (Mirador de las Almas) y una torre desde donde se puede uno deleitar con las vistas más extraordinarias de la Sierra de Tramuntana con el Mediterráneo abrazándola. Pasée tanto por aquella carretera que llegué a calcular el momento preciso para pillar el ocaso según el mes del año en el que estuviera.

Hoy trasteando en youtube encontré por casualidad un video cuya primera imagen reconocí al instante. La grabación no tiene ninguna floritura, ya que enfoca únicamente hacia adelante, pero en los pocos minutos que dura uno se da cuenta de lo que se puede encontrar allí. El mar, aunque no se ve, está a la derecha, y es precisamente por ese lado por donde el sol se pierde.

http://es.youtube.com/watch?v=HVwOtAlq2l0

Estas son algunas de las imagenes con las que te puedes tropezar en esa carretera.....>

http://images.google.es/images?hl=es&q=mirador+de+ses+animes&btnG=B%C3%BAsqueda+de+im%C3%A1genes&gbv=2

It's Power of Love

La Pista Nº 7


viernes, 2 de noviembre de 2007

You've got a friend - Carole king

When you're down and troubled
And you need some loving care
And nothing, nothing is going right
Close your eyes and think of me
And soon I will be there
To brighten up even your darkest night

You just call out my name
And you know wherever I am
I'll come running to see you again
Winter, spring, summer or fall
All you have to do is call
And I'll be thereYou've got a friend

If the sky above you
Grows dark and full of clouds
And that old north wind begins to blow
Keep your head together
And call my name out loud
Soon you'll hear me knocking at your door

You just call out my name
And you know wherever
I amI'll come running to see you
Winter, spring, summer or fall
All you have to do is call
And I'll be there

Ain't it good to know that you've got a friend
When people can be so cold
They'll hurt you, and desert you
And take your soul if you let them
Oh, but don't you let them

You just call out my name
And you know wherever I am
I'll come running to see you again
Winter, spring, summer or fall
All you have to do is call
And I'll be there
You've got a friend

http://es.youtube.com/watch?v=9BH_7uL-2jQ

jueves, 1 de noviembre de 2007

El Rosario de Todos los Santos

Muchas de las fiestas religiosas vienen acompañadas de "cocinas" especiales. Aquí tenemos una tradición de rancio arraigo que al paso que vamos se perderá y dará paso a los jalogüines correspondientes (tal es la influencia a la que estamos sometidos).
Solían los padrinos regalar "un rosari" (rosario) hecho con chocolatinas y caramelos ensartados en un hilo, rematado en un medallón de dulce calabaza cuyo centro culminaba en una preciosa "figurita" de alegres colores. El ahijado, disfrutaba así, desgranando el rosario, del dulzor de una época tan desalentadora como el otoño y de una fiesta, a priori triste, como es la los difuntos. Cuanto más largo era el "rosari" más lo disfrutabas, ya que tenía mas golosinas por delante y más ostentoso resultaba a la hora de compararlo con el de los demás (se me ocurre pensar en la consabida frase de "el mío es más largo").
Sí, eran las once y pico de la noche cuando llamaban a la puerta, y sorprendida miré a mi hijo, pensamos quién podría ser, hasta que él cayó en la cuenta: es jalogüín. ¡Ah!- contesté- pues no tengo caramelos. Pues no contestes -me dijo. Y no contesté. Después de dos timbrazos más se marcharon.
Hoy me pregunto, si en unos pocos años, ya tendré la precaución de tener caramelos (por aquello de estar a la altura) o si por el contrario, mis posibles nietos, recibirán su Rosari.